9.9.12

atención, mutación

Julio Cortázar. Buenos Aires, 1940. Archivo Aurora Bernárdez, Coll CGA (El Mundo)


"Cuando siento que voy a vomitar un conejito, me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervecencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevíssimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por las orejas a un conejito blanco. El conejito parece contento, es um conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejito de chocolate pero blanco y enteramente un conejito. Me pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, ele conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel..."

Carta a una senõrita de Paris, Julio Cortázar.

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